Mujer Luna... es fruto de la observación, de anécdotas que llegan a los oídos siempre alerta, traducción de sueños y de ensueños, una frase en la barra de un bar donde se captó un momento dulce, una mirada interpretada desde la óptica de una mente en esos momentos ocupada por la fantasía. ¿Por qué ocultar algo que es natural y está presente en una gran parte de las miradas? ¿Por qué negarse el placer de plasmar en un papel lo que al bolígrafo le piden que escriba multitud de momentos regidos por el deseo propio o imaginado? Los personajes que aparecen en los relatos pueden reflejar los anhelos de cualquiera que sienta, quiera gozar y busque en la vida algo más que un simple discurrir de días iguales.
Eduardo Fernández Abajo nació en Burgos el 31 de mayo de 1955. Tuvo que valerse de la imaginación para jugar porque los juguetes en aquel tiempo para él no existían. Vive en Madrid desde hace casi treinta años. Estudió docencia y luego satisfizo un capricho licenciándose en Historia. Intenta que quienes le oyen aprendan, se informen y se formen. También desea ofrecerles su personal visión de cómo ser felices. Ha escrito desde casi siempre para vaciar sus inquietudes, y recientemente ha participado en programas de radio como «Paraísos en el callejón», durante un par de temporadas y «Argonautas», ambos de Onda Toledo.
Eduardo Fernández Abajo nació en Burgos el 31 de mayo de 1955. Tuvo que valerse de la imaginación para jugar porque los juguetes en aquel tiempo para él no existían. Vive en Madrid desde hace casi treinta años. Estudió docencia y luego satisfizo un capricho licenciándose en Historia. Intenta que quienes le oyen aprendan, se informen y se formen. También desea ofrecerles su personal visión de cómo ser felices. Ha escrito desde casi siempre para vaciar sus inquietudes, y recientemente ha participado en programas de radio como «Paraísos en el callejón», durante un par de temporadas y «Argonautas», ambos de Onda Toledo.
1 comment:
Eduardo me gusta el nombre del libro, y en cuando al contenido tengo ganas de leerlo, pero te contaré
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